Embarazo y salud oral

Mujer embarazada mirandose al espejo y cepillándose los dientes

El embarazo es un momento lleno de cambios físicos, emocionales y sociales y son estos cambios los responsables de la modificación del cuerpo de la madre. Así pues, la cavidad bucal  y por ende los dientes no son ninguna excepción. 

Sin embargo, a pesar de que estos cambios fisiológicos ocurren en todas las embarazadas no todas presentan dichas alteraciones. Existe una predisposición genética individual de padecer o no ciertas enfermedades y por esta razón tener un mayor entendimiento de todo lo que puede pasar y cómo actuar cobra importancia para lograr una disminución significativa de dichas alteraciones.

Cuatro verdades para tener siempre en cuenta:

  1. Los cambios hormonales pueden aumentar el riesgo de enfermedades de las encías, lo que puede afectar la salud general de la madre y el bebé.  La Gingivitis es la alteración más destacada y está relacionada con mala higiene oral, dieta, respuesta inmune y alteraciones hormonales y vasculares. La placa bacteriana es el factor etiológico fundamental para la aparición de la gingivitis.

Recordemos que al embarazo suelen acompañarle alteraciones en el estilo de vida como:

  • La disminución del cepillado ligado o no a la presencia de náuseas y vómitos (debido al aumento de gonadotropina en el primer trimestre).
  • NO CEPILLARSE incrementa los depósitos de placa bacteriana en la superficie dentaria.
  • Los ácidos gástricos que están presentes en el vómito (o emesis) erosionan la superficie del esmalte de los dientes, siendo más comúnmente afectados los dientes anteriores. Se recomienda entonces a las pacientes enjuagar su boca a fondo después de vomitar.
  • Se recomienda a las mujeres embarazadas visitar al odontólogo regularmente para chequeos, limpiezas y para continuar sus tratamientos de odontología especializada; el embarazo no es una razón para suspenderlo. De hecho, algunas condiciones dentales pueden empeorar durante el embarazo, por lo que es importante detectarlas y tratarlas a tiempo. Por ejemplo: la caries dental.  Existe mayor riesgo de caries dado que se ve alterada la composición salival y la flora oral produciéndose xerostomía (ausencia o disminución de saliva) fisiológica que facilita la aparición de caries.  Hay estudios que demuestran que las bacterias cariogénicas (Streptococcusmutans) son transmitidas verticalmente de la madre al hijo a través de la saliva: probando-soplando la comida, chupando el biberón o el chupete.

ES UNA FALSA CREENCIA que el embarazo produce una desmineralización debida a la pérdida del calcio para “el nuevo ser”.

  1. Las enfermedades de las encías no tratadas durante el embarazo se han asociado con complicaciones como parto prematuro y bebés de bajo peso al nacer. Mantener las encías sanas es crucial para reducir estos riesgos. Ojo: el embarazo no produce enfermedad periodontal grave y pérdida de dientes. Pero si existe una enfermedad periodontal previa, esta se verá agravada por los mismos factores antes mencionados. 
  • Muchos tratamientos odontológicos requieren de radiografías dentales y medicamentos durante el tiempo de ejecución. Nuestra recomendación es evitar al máximo realizar tratamientos odontológicos durante el estado de embarazo y de ser necesarios como en el caso de una urgencia vital, realizarlos bajo la supervisión adecuada del odontólogo y el médico obstetra. Lo ideal es visitar al odontólogo durante el periodo de gestación y lactancia para hacer controles rutinarios y preventivos que garanticen la salud oral

Recordemos que los rayos X son un tipo de radiación electromagnética con la capacidad de ionizar el material que atraviesa. La ionización de la materia causa un daño a las células y a su ADN. Dependiendo de la cantidad de radiación y de la etapa del embarazo, el daño a las células fetales puede causar abortos, malformaciones congénitas o patología mental. No obstante, existen mecanismos para disminuir el riesgo de exposición y por eso siempre se debe utilizar un delantal de plomo en todos los pacientes.

Por esta razón hemos adoptado estas consideraciones en nuestro plan de atención de madres gestantes:

  1. Durante el primer trimestre (1-12 semanas): 
Educar a las pacientes sobre los cambios orales que ocurren durante el embarazo.
 Instruir en higiene bucal estricta y buen control de la placa bacteriana.
 Limitar el tratamiento dental a una profilaxis dental.  Si la paciente se encuentra en tratamiento de ortodoncia, limitar el tratamiento al reemplazo de los aditamentos.
Tratamientos de urgencia solamente.
Evitar radiografías rutinarias, que deben ser usadas con criterio selectivo y únicamente cuando sean estrictamente necesarias. Siempre con estructuras de protección desde la glándula tiroides hasta la parte superior de la rodilla.
  1. Para el segundo trimestre (13-24 semanas): La organogénesis ya se ha completado y el riesgo para el feto es menor. La madre también ha tenido tiempo para adaptarse a su embarazo, y el feto no ha crecido aún a un gran tamaño que haga difícil para la madre permanecer sentada durante períodos largos.
Medidas preventivas: higiene bucal, instrucciones y control de placa.
Tratamiento periodontal con raspado y alisado radicular si fuera necesario.
 Tratamiento de patologías orales activas, si las hubiera.
 Evitar radiografías rutinarias.
  1. Para el tercer trimestre (25-40 semanas): El crecimiento fetal progresa y la preocupación es el riesgo de parto prematuro, por tanto, la seguridad y la comodidad-confort de la mujer embarazada se debe garantizar a cabalidad. Durante la atención en el consultorio garantizamos una posición ergonómica en el sillón dental y evitamos que la paciente ingiera fármacos que aumenten el tiempo de sangrado.

Respecto a los fármacos, lo que podemos resaltar es que son absorbidos fácilmente durante el embarazo y hay buen flujo del mismo a través de la placenta, exponiendo así al feto a estas sustancias. Se sabe que ciertos fármacos causan aborto, teratogenicidad y niños de bajo peso al nacer. Por ello se deben prescribir con precaución a las pacientes:

Restringir de forma rigurosa la prescripción de fármacos durante el primer trimestre de gestación y las primeras semanas de lactancia.
  Utilizar fármacos recomendados por el médico obstetra en caso de ser necesarios.
Evitar la utilización de nuevos fármacos sobre los que exista menor experiencia sobre su seguridad.
Utilizar la menor dosis eficaz y durante la menor duración posible.
Evitar siempre que sea posible, la polimedicación.

Si sospechas de la aparición de alguno de estos síntomas o necesitas nuestro acompañamiento para el cuidado de tu salud oral durante esta etapa de la vida no dudes en contactarnos. Estamos para acompañarte en este proceso desde ya.

Fuente: Ascensión Alfaro Alfaro, Isabel Castejón Navas, Rafael Magán Sánchez, María Jesús Alfaro Alfaro.  2019.  Embarazo y Salud Oral. Revista Clínica de Medicina de Familia. versión On-line ISSN 2386-8201versión impresa ISSN 1699-695X.

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